El Sr. Flat no puede vivir si no lee. Esta es la excusa argumental de la colección «Agus y los monstruos», una verdadera puerta abierta a la lectura de los clásicos de todos los tiempos y al placer de leer por amor y diversión, no por obligación.
Todos los que se acercan a la serie de «Agus y los monstruos» destacan, a veces con sorpresa, que los personajes son lectores empedernidos que leen continuamente y que hay una presencia constante de referencia a libros y autores clásicos (infantiles o no).
El Sr. Flat necesita leer
Estas referencias no son forzadas, se vehiculan por un elemento argumental: uno de los monstruos, el Sr. Flat, para estar despierto y tener energía, necesita leer. Y no solo eso, sino que también comparte sus lecturas, que en la práctica conforman todo un canon literario. De hecho, el Sr. Flat, tiene un papel de prescriptor (el guía que introduce a autores, obras y temas), como si fuera un booktuber avant la lettre. Esta es su función, pero no acaba aquí: también lee en voz alta y, sobre todo, potencia y busca la opinión de las otras personas sobre lo que han leído. Cada lectura se convierte así en una actividad compartida y placentera para los personajes.
Introducir la lectura como un elemento de la trama responde a una decisión de los autores: compartir los libros que a ellos les han emocionado. En las páginas de la colección, encontramos desde La Odisea a Peter Pan, desde la poesía dadaísta a La isla del tesoro, de Verne a Auster, de Bradbury a Dickens, pasando por Dumas, Kipling, Shakespeare, Collodi, Dahl, Rodari, Marco Aurelio, Sendak, los hermanos Grimm…
Detrás de la idea de compartir la experiencia lectora de los autores, existe la voluntad de poner en contacto a los lectores con los clásicos antiguos y modernos, de abrir una puerta hacia el espacio literario que ha conformado nuestro marco cultural. No hace falta decir que se trata de libros que, en el marco de una oferta cultural mediática, podrían pasar desapercibidos. Es en este sentido que hace falta salvarlos.
¡No hay nada peor que aburrirse leyendo!
Podríamos pensar introducir estas referencias a otras obras podría aburrir al lector o arruinar la narración. El éxito de la colección demuestra que se puede hacer de una manera divertida. ¡No hay nada peor que aburrirse leyendo! Estas referencias son, en ocasiones, solo pinceladas, y en otras, en cambio, libros que leen los personajes y que se relacionan con la aventura. Así se muestra como la lectura y la realidad interactúan.
La lectura, para los personajes de la colección, es una actividad voluntaria y divertida: lo que los lleva a leer no es la obligación, sino el amor hacia el Sr.Flat, que necesita leer para mantenerse vivo. Por otro lado, si bien todos disfrutan de la lectura, no siempre comparten el mismo entusiasmo ante un libro. La idea es muy sencilla: no hace falta que a todos nos guste lo lo mismo, hay que elegir y escoger.
Y, por si eso fuera poco, los personajes de «Agus y los monstruos» también encuentran placer en la relectura: volver a un texto ya leído para entenderlo mejor, para volver a disfrutarlo. Es algo que hacen a menudo y una invitación al lector.
Las obras literarias no se presentan como un hecho aislado, sino como una forma de expresión que, en consonancia con el concepto de literatura del s. XXI, está vinculado a muchas otras manifestaciones culturales (musicales, audiovisuales…).
Todo el mundo está de acuerdo en que la literatura ayuda a conocer el mundo, pero, además del disfrute estético y el placer que comporta, en el caso de los niños y las niñas, la lectura mejora la comprensión y la expresión, facilita la adquisición de conocimientos, mejora el rendimiento intelectual y escolar, fomenta el pensamiento lógico y abstracto, aumenta la cantidad de conexiones neuronales… Y, así eso es así, si hay que leer, que mejor que abrir la puerta a los clásicos.